Nunca pierdas la esperanza
Cuando a mi amiga le diagnosticaron cáncer, el médico le aconsejó que pusiera sus asuntos en orden. Me llamó llorando, preocupada por su esposo y sus hijos pequeños. Compartí su urgente pedido de oración con nuestros amigos en común. Luego nos alegramos cuando un segundo médico la alentó a no perder la esperanza y le aseguró que su equipo haría todo lo posible para ayudarla. Aunque tuvo días más difíciles que otros, se centró en Dios en vez de en las pocas probabilidades de mejorarse. Nunca se rindió.
Andar como un varón aguerrido
Emma, de 18 años, habla fielmente de Jesús en las redes sociales, aunque algunos critican su gozo y su entusiasta amor por Cristo. La han atacado por su apariencia y han dicho que carece de inteligencia por su devoción a Dios. Aunque esas palabras desagradables lastiman su corazón, ella sigue difundiendo el evangelio con fe, y por amor al Señor y a los demás. No obstante, a veces se ve tentada a creer que su identidad y valía están determinadas por esas críticas. Cuando eso sucede, le pide a Dios que la ayude, ora por sus perseguidores, medita en las Escrituras y persevera con la confianza y el poder del Espíritu.
Escribe tu nombre
En Cartas de amor de Dios, Glenys Nellist invita a los niños a interactuar con el Señor de una forma profundamente personal. Estos libros para niños incluyen una nota de parte de Dios con un espacio para que ellos pongan sus nombres después de cada historia bíblica. Personalizar la verdad escritural ayuda a sus jóvenes lectores a entender que la Biblia no es solo un libro de cuentos. Se les enseña que el Señor quiere tener una relación personal con ellos y que les habla a sus inmensamente amados hijos a través de las Escrituras.
Todo lo que hagamos
En Cautivado por la alegría, C. S. Lewis confesó que se convirtió en cristiano a los 33 años, «revolviéndose, luchando, resentido y mirando en todas direcciones buscando la oportunidad de escapar». A pesar de su resistencia, sus defectos y los obstáculos que enfrentó, el Señor lo transformó en un valiente y creativo defensor de la fe. Lewis proclamó la verdad y el amor de Dios a través de ensayos y novelas impactantes que siguen siendo leídas, estudiadas y compartidas aún 55 años después de su muerte. Su vida testimoniaba su creencia de que una persona «nunca es demasiado vieja para convertir una meta o un sueño en una nueva ilusión».
Vivir. Orar. Amar.
Por la influencia de padres fieles creyentes en Cristo, el destacado atleta Jesse Owens fue un valeroso hombre de fe. En los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936, fue uno de los pocos afroamericanos del equipo de Estados Unidos que recibió cuatro medallas doradas en presencia de los renegados nazis y su líder Hitler. También se hizo amigo del atleta alemán Luz Long. Rodeado de propaganda nazi, el simple acto de poner en práctica su fe impactó a Luz. Al tiempo, este le escribió a Owens: «Aquel momento en Berlín en que hablé por primera vez contigo, cuando estabas arrodillado, supe que estabas orando… pienso que podría creer en Dios».
Celebrar la creatividad de Dios
Mientras la música llenaba el auditorio de la iglesia, el artista daltónico Lance Brown subió al escenario. Frente a una tela blanca y de espaldas a la congregación, mojó su pincel en pintura negra, y con trazos delicados, dibujó una cruz. Así, este narrador de historias visuales creó imágenes de la crucifixión y la resurrección de Cristo. En menos de seis minutos, cubrió las grandes porciones de tela con pintura negra, agregando azul y blanco para completar lo que terminó siendo una pintura abstracta. Luego, levantó la tela, la giró cabeza abajo y apareció una imagen escondida: el rostro lleno de compasión de Jesús.
¿Quién es Él?
Cuando volvíamos de la luna de miel, mi esposo y yo estábamos esperando para registrar el equipaje. Le toqué el brazo y le señalé a un hombre parado cerca.
Florecer en el desierto
El biólogo estadounidense Edmund Jaeger descubrió que, cada tantos años, en el desierto de Mojave, una abundancia de lluvia genera «tal riqueza de pimpollos que casi cada centímetro de arena queda escondido bajo un manto de flores». Sin embargo, el espectáculo floral del Mojave no es un fenómeno anual. Los investigadores confirman que la tierra seca debe quedar empapada por las tormentas y calentarse luego con el sol en el momento justo, antes de que los pimpollos cubran el desierto con colores vibrantes.
Amor sin temor
Durante años, usé un escudo de temor para protegerme. Eso se convirtió en una excusa para evitar probar cosas nuevas, seguir mis sueños y obedecer a Dios. El temor a las pérdidas, la angustia y el rechazo me impedían amar al Señor y a los demás. El miedo me convirtió en una esposa insegura, ansiosa y celosa, y en una madre sobreprotectora y preocupada. No obstante, a medida que aprendo cuánto me ama Dios, mi forma de relacionarme con Él y los demás está cambiando. Como sé que el Señor se ocupa de mí, me siento más segura y dispuesta a poner las necesidades de los demás por encima de las mías.
El amor no se detiene
Después de cumplir 19 años, y años antes de que tuviera un teléfono celular, me mudé a más de 1.100 kilómetros de mi madre. Una mañana, salí temprano para hacer unos recados y olvidé que habíamos programado hablar por teléfono. Tarde esa noche, dos policías vinieron a mi casa. Mamá se había preocupado porque nunca me había perdido nuestras charlas. Entonces, llamó a las autoridades e insistió en que investigaran. Uno de los policías me miró y dijo: «Es una bendición saber que el amor nunca dejará de buscarte».